Abderramán III
Abderamán IIIaunque también conocido como Abd ar-Rahman ibn Muhammad, perteneció a la dinastía Omeya y fue el octavo y el ultimo emir de cordoba. Entre otros nombres que se le han dado está al-Nasir li-Din Allah, que significa “el que hace de la religión una victoria para Allah”.
Nació en 891, concretamente el 7 de enero en Córdoba, y sus padres fueron Mahoma y María. Más tarde, en el año 912, tras independizarse del Califato de Bagdad, ocupó el cargo de jefe del emirato, antes propiedad de su abuelo, Abdaláquien por curiosidad prefirió gobernar incluso a su propio hijo.
Como era de esperar, su ascenso al poder no fue nada pacífico, como se dieron a conocer los rebeldes poco después de que Abderaman III se convirtiera en el octavo emir. Colisiones con reinos cristianos No se hicieron esperar, porque desde el norte fue atacado por los leones en San Esteban de Gormaz, en la batalla del 917, en la que, por desgracia, se perdió.
Eventos importantes y batallas.
En Moudania, apenas un año después, reaparecerán los rostros de los leones, esta vez acompañados de los navarros, que sucumbieron al dominio del Emirato de Córdoba. También cabe destacar los enfrentamientos entre la campaña de Muezza en el 920 e Irak en el 924, cuando conquistó Pamplona.
Tomó la ciudad de Bobastra en 928 para poner fin a las revueltas en Andalucía, donde venció por la fuerza a los gobernantes totalmente independientes.
Un año más tarde, en el 929, se proclamó Califa de Córdoba, hecho que traerá consigo aún más enfrentamientos que se produjeron un año después en Badajoz, luego en Ceuta y finalmente en Toledo. Curiosamente, con un año de diferencia entre cada uno. En la última ciudad mencionada anteriormente, Toledo, se enfrentó a los hijos de Hafsun y finalmente los derrotó.
En 939, inmediatamente después de una década con el estatus de califa, estuvo al borde de la muerte en la llamada "Batalla del Foso", que tuvo lugar en Simankas.
Por más enfrentamientos que tuvo que soportar, podemos decir que durante su mandato las fronteras de sus tierras se mantuvieron lo más seguras posible.
En el ámbito religioso destacó por su tolerancia hacia judíos y cristianos.
La relación entre los líderes de El imperio alemán y el imperio bizantino con los monarcas de los reinos de Inglaterra y Francia fueron parte del fruto del prestigio que recibió el Califato de Córdoba en tierras extranjeras.
Por su parte, Córdoba contribuyó Al Andalus se convirtió en una eminencia, en uno de los estados punteros de la época en el continente europeo, de la mano de importantes desarrollos como el establecimiento de la primera facultad de medicina en el viejo continente, además de que la investigación matemática y astronómica contaba con un amplio apoyo y promovido.
Abderamán Isu abuelo, comenzó con grandes y prometedores edificios que fueron continuados por orden de su nieto, entre los que destacan la Mezquita de Córdoba y Palacio de Medina Azahar. Este último será el lugar donde morirá Abderaman III el 15 de octubre de 961.