Benito Quinquela Martín

Benita Juan Martín fue un célebre artista y pintor argentino nacido en Buenos Aires. Además de una profunda conexión y comprensión del arte, se le reconoce como un artista espontáneo. Algunos señalan que sus pinturas fueron una conexión directa con el alma, lo que lo convirtió en uno de los artistas más talentosos de su tiempo.

Infancia

Nació el 1 de marzo de 1890. Al momento de su nacimiento fue dejado en el orfanato de la ciudad. Cuando tenía seis años, recibió la visita de un matrimonio que decidió adoptar: el Sr. manuel chinchela yo soy justin frambuesa. La familia tenía una fábrica de carbón, y más tarde Benita se vio obligado a dejar la escuela (asistió a una escuela de la ciudad) para trabajar en el negocio familiar cuando solo tenía nueve años. Más tarde se convirtió en portero. Bocaa los quince años, donde poco a poco comienza a involucrarse en la política del barrio.

Los inicios del pintor

En 1907 comenzó a estudiar pintura en una modesta academia de dibujo vecina junto con Alfredo Lázaro. Desde entonces se ha dedicado exclusivamente a la pintura, encontrándose a sí mismo a través de las huellas que pinta. Sus pinturas eran un tanto torpes, con colores muy vivos donde mostraba la vida cotidiana del puerto de Boca, haciéndolas un tanto elementales. En su viaje pedagógico conoce a un estudiante con un músico Juan de Dios Filibertocon quien tiene una estrecha amistad, y sabe Beber Kallivadin, entonces director de la Academia de Bellas Artes. Este último lo ayudó mucho en la enseñanza del retrato y la combinación correcta de colores en el lienzo.

En 1918 la galería vitcomb decide realizar una exposición de obras de artistas individuales, en la que Martin decide participar, esta es la primera exposición de sus obras. La exposición fue todo un éxito entre la crítica, que argumentó que sus obras tenían un mensaje técnico original y que transmitían mensajes específicos. En el mismo año decide cambiar el nombre a Benita Quinkel Martínadaptando su apellido a la pronunciación italiana.


En 1921 viajó por primera vez al extranjero para visitar Rio de Janeiro, Brasil, presenta su primera exposición en el extranjero, que también fue un éxito rotundo. Al ver que sus obras eran bastante conocidas en América, decidió marcharse a Europa en 1923, centrándose principalmente en Madrid, España. Luego, dos años más tarde, se mudó a París, en 1927 a Nueva York, y en 1929 se encontró en Italia, donde Mussolini lo llamó su artista favorito, alegando que podía pintar una buena obra.

Posteriormente, entre los muchos viajes y la fama que tuvo in crescendo, Quinkela recibió invitaciones de todo el mundo para participar en exposiciones, en especial tenía una invitación a Japón, la cual no iba a rechazar hasta que recibió una carta de su padre. Al mismo tiempo, dijeron que lo extrañaban y que les gustaría que se quedara en su ciudad natal. Pensando en ello, cancela la exposición, que ya había comenzado a programarse en el país asiático, y decide regresar a Buenos Aires.

En 1933, Benita decidió comprar varios terrenos en la ciudad, los cuales donó al Estado, para que fuera posible construir instituciones dedicadas únicamente a la educación y la expansión del arte, así como a la obra social. Siempre ha actuado como un defensor y dinamizador del arte, regresando a su país, creó un café para que los artistas que se destacaban pudieran colocar allí su trabajo, Café Tortoni. El 12 de octubre de 1959 Quinkela realizó su última exposición individual de arte en La Plata, donde exhibió 45 obras. Entre sus tierras donadas se encuentran el p. Instituto San Martini, Escuela Primaria Pedro de Mendoza, Jardín de Infantes, Escuela de Gráfica, Lactorio Municipal № 4 y Museo de Figurillas, Instituto Odontológico Infantil y Teatro Ribera.

Junto con artistas famosos de la época, p. Antonio Bernie, Emilio Petarutti o Sul SolarQuinquella le ha brindado a Argentina una increíble colaboración artística, trayendo la época dorada del arte que atraviesa el país desde 1920. Entre las mejores obras - Tormenta en el astilleroque actualmente se encuentra en el Museo Provincial de Bellas Artes Franklin Rawson, puente bucalyo soy Crepúsculo en el astillero.

En 1974, a la edad de 87 años, decidió casarse con Oleandrina Cerutti, a quien dejó todos sus bienes tras su muerte. Quinkel murió el 28 de enero de 1977 debido a complicaciones cardíacas. Se hizo y pintó su ataúd, que mostraba el paisaje de su tierra natal.

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