José María Morelos

Cuesta comprender cuando se dice que una persona fue religiosa, política y militar; pero si en efecto se habla de José María Teclo Morelos Pavón y Pérez, quien nace un 30 de septiembre del año 1765 en la ciudad de Valladolid, justamente lo que hoy día es conocido como el estado de Morelia en su honor.
Hijo de un carpintero llamado José Manuel Morelos y Robles, y de una criolla llamada Juana María Pérez Pavón. De su infancia se sabe que ayudó en lo que se le permitió y pudo para el mantenimiento de su familia.
Se le reconoce su autoría en uno de los escritos más trascendentales de México, denominado Los Sentimientos de la Nación en cuyo contenido brotaba la independencia, aclamando la necesaria soberanía y representación a través de un gobierno popular.
Ámbito educativo
La educación inicial fue impartida por su madre, quien asumió ese rol y con la edad de catorce años logra trabajar en las distintas actividades de una finca, así como también de arriero.
En 1790 por la insistencia e ilusión de su madre en que iniciara una vida eclesiástica ingresa en el Colegio San Nicolás. En ese lugar conoce a Miguel Hidalgo y Costilla quien era el rector de la institución para ese momento, logrando coincidir por espacio de dos años; allí estudio gramática y latín.
Cumplido el lapso académico, ya en abril de 1795 le es otorgado el título de bachiller de artes en la ciudad de México.
Periodo eclesiástico
Morelos acepta una propuesta del cura en la ciudad de Uruapan para que ejerciera la docencia en enseñar gramática y retórica a la población joven; esto ocurre en el año de 1796 cuando ya estaba facultado para ello al recibir la licencia.
Para el año de 1797 es investido como sacerdote lo que le daba licencia para auspiciar misas, y oír confesiones y la predicación en la ciudad de Urupan y en territorios vecinos; en paralelo empieza a ejercer como párroco en dos comunidades en el distrito de Churumuco, luego transcurrido un año allí es transferido a la parroquia de Carácuaro, en dicho lugar se establece y reside allí por un periodo de diez años.
En este periodo mejora su situación económica por medio de mantener y mejorar un negocio de ganado iniciado en la época en que fue arriero, administró la herencia de su bisabuelo por parte de su madre y adquiere una casa en la ciudad de Valladolid (actualmente estado de Morelia en su honor).
Acciones independentistas
Previa conversación y aceptando la propuesta del cura Hidalgo, este ordena en fecha 20 de octubre de 1810, que Morelos sea designado como el jefe insurgente en la zona sur de México. Logrando en un periodo de tres años entre 1811 y 1814 conquistar la mayor parte de los territorios de esa zona.
A raíz de la muerte del cura Hidalgo queda al frente del proceso revolucionario que se gestaba; recibiendo una dura derrota a manos de las fuerzas realistas para finales del año 1813, teniendo que mantenerse de allí en adelante en adelante en maniobras defensivas.
Su coraje, temple y determinación le dieron fuerzas para continuar adelante y emitir a través del congreso de Chilpancingo una declaración de independencia, así como proclamar por primera vez en la historia de México una constitución, específicamente en octubre de 1814. En los días sucesivos durante el transcurso de la guerra por la independencia Morelos logra mantener el control de los territorios alcanzados.
Es producto de esas acciones y de su liderazgo que es nombrado Generalísimo de este nuevo gobierno concebido en batalla.
Tiempo de capturas y juicios
En su última campaña Morelos recibe una dura derrota a manos del ejército realista liderados por el entonces designado virrey por la colonia española Félix María Calleja, quienes habían reforzado sus tropas con la llegada de más personal dispuesto a la batalla; esto obligo a la retirada por parte de Morelos y fue el inicio de periodo en franca decadencia tanto en el ámbito militar como político.
Finalmente, Morelos es capturado en 1815 mientras se trasladaba en un convoy con la necesidad de acercarse a las costas para recibir la anhelada ayuda con armamento y personal.
Trasladado a la Ciudad de México donde se le inicia una serie de juicios por la vía eclesiástica, militar y civil; imputándole abandono de la doctrina eclesiástica y asumir actos herejes de personas malignas, el desenlace final fue lo que decidió la santa inquisición.
Es condenado a la pena de muerte, siendo fusilado el 22 de diciembre de 1815.