San Martín de Porres

San Martín de Porres, es conocido como el santo de la humildad, también popularmente conocido como el Fray Escoba, nacido en la ciudad de Lima, capital del Perú, en la fecha del 9 de diciembre de 1579, fue el primer peruano de la orden de los dominicos en llevar el titulo del; primer santo mulato de América.

Hijo de Juan de Porres, quien era originario de Burgos y su madre Ana Velásquez, una negra libre oriunda de Panamá. Debido a la pobreza que llevaba su padre, no se le era permitido casarse con una mujer de su condición, lo que no fue impedimento para estar con Ana Velásquez, gracias a su unión, da el nacimiento a su única hermana Juana.

Juventud de San Martín de Porres

Recibió la educación que le pudo transmitir su madre y los conocimientos que esta poseía, recibiendo educación católica por parte de su madre. Viviendo gran parte de su infancia en pobreza hasta  el año de 1568, donde el padre perteneciente como Caballero de la Orden de Alcántara, los traslada a la Guayaquil, donde se encuentra destacado, lugar donde permanecía destacado, donde siempre le era provisto de alimentos; sitio donde llevaría a sus hijos, sin embargo, el joven Martín no es recibido por sus parientes y solo es acogida su hermana.

Regresa nuevamente a la ciudad de Lima, donde queda al cuidado de Doña Isabel García Michel, en un sector donde habitaban los negros e indígenas de la localidad. A la edad de 12 años, inicia los trabajos de barbero y se instruye en los conocimientos de la medicina ejerciendo el oficio de auxiliar de herborista.

Durante este oficia, recibe los entrenamientos con el Pastor Mateo, quien le ayuda a sanas las lesiones menores y todo lo referido a las propiedades curativas con las plantas.

Gracias a su solida formación cristiana concebida por parte de su madre y junto a la cercanía con el convento dominico Nuestra Señora del Rosario, lugar donde se siente atraído a la edad de 15 años, realizando la solicitud al convento.

Su vida dentro del convento

De esta forma ingresa a la orden de Santo Domingo de Guzmán, a acompañado de Fray Juan de Lorenzana, por su posición social al ser hijo ilegitimo, es admitido como “donado”, sin tener la oportunidad de obtener el sacerdocio.

Acá se ocuparía de curar a los enfermos pobres, siendo su celda la enfermería donde cumplía múltiples labores como; barbero, sangrador, enfermero, dentista, hasta hacer imposición de manos. Labor que realiza durante nueve años continuos, lo cual le permite  ser hermano de la orden en el año 1603.

Tres años después de estos hechos, termina siendo fraile, dejando claro sus votos de pobreza y castidad, a su vez demostraría su humildad innumerables oportunidades, colocando el bien de los demás por encima de su bienestar, hasta llegar a ofrecerse como esclavo, para ayudar a la economía del convento.

Luego de su ardua labor como fraile, crea la fundación Asilo y Escuela de Santa Cruz, un espacio destinado para las personas huérfanas y a los indígenas. Creando este asilo con la ayuda del Virrey Luis Jerónimo Fernández de Cabrera y Bobadilla, junto a él IV Conde de Chinchón.

De esta forma, su santidad se manifiesta ante el amor que demuestra por sus semejantes y la pureza de su vida, con especial cuidado a los pobres; cuya atención fue desmedida y a los enfermos, a quienes acudió como enfermero y hortelano herbolario.

El ocaso de la vida de San Martín de Porres

Tras una larga vida de dedicación y devoción a sus semejantes, despojado de toda materialidad y deseo terrenal, llega a su edad de 70 años de contemplación religiosa, en la que contrae una enfermedad. Esto lo motivaría a anunciar públicamente que su encuentro con Dios, había llegado.

En el ocaso de su vida, siendo un hombre entregado a su devoción por el cristianismo, había hecho de un gran hombre, lleno de sabiduría y humildad. Dicho anuncio, motivo a la presencia del virrey de ese momento; Luis Jerónimo Fernández de Cabrera y Bobadilla, haciendo honores en su lecho de muerte.

Dando partida el día 3 de noviembre de 1639,  fallece Martín de Porres mientras se le es entonado en voz alta el Credo.

Milagros realizados por San Martín de Porres

Se relata que podría verse en dos lugares a la vez, ya que se hubo un avistamiento en la ciudad de Lima y otro en la capital de México, ayudando a los misioneros a realizar sanaciones que dedicaban sus vidas a los enfermos.

Otro milagro se le otorga con las plantas, pues las semillas sembradas afloraban antes de tiempo y los animales le obedecían.

El 6 de mayo del año 1962, es beatificado Martín por el Papa Gregorio XVI y luego por el Papa Juan XXIII canonizándolo.

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